Tuesday, January 09, 2007

El calor que vendrá


Flores… (de invierno)


Hace unos pocos días, concretamente el pasado treinta y uno de diciembre, tomé conciencia de que el tan cacareado cambio climático es una realidad. Pruebas no me faltaban, información tampoco. Pero una cosa es saber y otra interiorizar. El cielo estaba despejado, azul y diáfano, ni una sola nube en el horizonte. Recordé que se había anunciado anticiclón y buen tiempo. Así que me instalé en el jardín, desplegué una hamaca y me quedé inmóvil como una lagartija. Un agradable sopor me invadió. Creo que llegué incluso a dormirme. Una buena cabezadita. Al rato, y no sé cuanto rato fue ese rato ya que una de las cosas que suelo hacer cuando estoy en casa es desprenderme del reloj, decidí quitarme el suéter. Y diez minutos más tarde la camisa. Me quedé en manga corta, con una fina e innecesaria camiseta de algodón. Entrecerré los ojos y, curiosamente, me vi preparando un mojito con mucho hielo picado, menta, ron y soda. Como suponía demasiado trabajo opté por servirme una copita de Martini con hielo y aceituna. La sensación térmica era casi idéntica a la de principios de verano. Al pasar delante de un espejo me descubrí rojo como un pimiento. Me dije que eso no podía ser y consulté un termómetro. Marcaba casi veinte grados centígrados.
Y la cosa ha seguido así durante la primera semana de este nuevo año. Temperaturas primaverales por no decir veraniegas. Y mucha gente encantada con esa bonanza, pero también otros muchos molestos y decepcionados: básicamente todos los que habían dispuesto los esquís en sus coches para pasar unos días en la nieve. Varios amigos me explicaron que sus vacaciones blancas fueron tan verdes como el valle de aquella película clásica. La pérdida de algunos siempre es la ganancia de otros. Los que hayan invertido en estaciones de esquí tienen menos futuro que un cucurucho en el Kalahari; en cambio, aquellos que posean acciones de complejos hoteleros junto al mar se forrarán. Creo que en los próximos años celebraremos la navidad en bañador y Papa Noel vendrá en moto acuática. ¿No me creen? Cuatro noticias pescadas en televisión y prensa, al azar, lo confirman. Sólo hace falta un poco de ejercicio sináptico para enlazarlas entre sí. Una, las compañías aseguradoras no quieren cubrir, en lo sucesivo, la falta de nieve en Los Alpes; dos, florecen los árboles frutales en Estados Unidos tres meses antes de lo previsto; tres, aseguran que la Antártida se habrá derretido por completo en 2.040 y, cuatro, los meteorólogos británicos predicen que el año 2007 será el más caluroso de los registrados desde el siglo XVII…
Dicen que los españoles gastaremos unos ciento veinte euros de media en estas recién inauguradas rebajas. Olvídense de abrigos y bufandas. Dediquen el presupuesto a comprar ventiladores. En enero van tirados de precio.


© Julio Murillo
Escritor y periodista

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